viernes, 8 de julio de 2011

E-d-u-c-a-c-i-ó-NO

Tras haber salido de tediosos e infinitos exámenes en los que distintos profesores ponían a prueba mi capacidad, me he cuestionado (no sé si por cansancio), una y otra vez, si el sistema educativo actual es verdaderamente un trampolín para que personas jóvenes y emprendedoras  puedan comenzar a transitar por el camino de la vida. 
Durante días, que en realidad han sido años, he pensado que la Universidad únicamente útil es la de la vida. Ninguna (tal y como me dice siempre mi madre) nos enseña tanto. 
Y vosotros ¿pensáis lo mismo?

Continuamente me encuentro sentado en unas clases en las que un profesor imparte unas lecciones tediosas, programáticas, en las que el paso a la creatividad y al ingenio quedan atascados por el tránsito hacia la desidia y el verdadero aburrimiento.
Un examen de quinientos folios que en mi mesa estuvieron durante meses, demostraron que la memoria es una herramienta tan sumamente importante para los estudios, que si no la posees, no puedes llegar a estadios superiores de conocimiento. Eso, lógicamente, es lo que siempre nos dicen
¿Y la lógica? ¿Dónde ha quedado el método socrático en el que los alumnos comprendían mediante preguntas que les hacían reflexionar, intuir, amar, practicar y cuestionar? ¿Dónde ha quedado aquél método que nos hacía trascender y ser personas críticas, capaces de aprender sin necesidad de memorizar miles de conceptos que caen huecos al vacío?
Curiosamente, mis alumnos (esos a los que les han quedado asignaturas pendientes y están frustrados), han interiorizado de una forma tan arraigada el hecho de que para estudiar hay que memorizar y no pensar, ni criticar, ni emitir opiniones acerca de lo que está en los libros de texto, que cualquier enseñanza distinta a la habitual, les resulta inútil, la callan, la tapan, la ocultan...
La educación se ha convertido en una máquina de crear sujetos dispuestos mecánicamente para superar unos niveles que muchas veces ni siquiera reflejan la capacidad y el esfuerzo del estudiante en sí mismo. Y ello por varias razones: bien porque el alumno se las ingenia para copiarse en los exámenes (¡¡qué genialidades se inventan a veces para poder hacer trampas!!), o bien porque el esfuerzo que realizan las personas día a día no siempre se refleja en los resultados que se obtienen. Y es que hay tantos factores que influyen en la realización de un examen, que sería imposible pensar que la calificación es justa en su medida exacta.
Todo ello, ha hecho que cada vez menos jóvenes tengan objetivos y expectativas que cumplir en sus vidas. Se conforman con asimilar los discursos demagógicos de las clases políticas y de los medios de comunicación que, opresores, fabrican a su antojo nuestras mentes. 
La educación hoy en día es un método infalible para que los alumnos estén ocupados memorizando sin ser capaces de analizar y de tener la suficiente psicología para desenvolverse en el mundo real, en el mundo de verdad; aquél donde existen los verdaderos problemas y donde un montón de apuntes que digieren nuestras neuronas no nos sirven para solucionarlos. 
Numerosas horas reflexionando sobre este asunto, me han hecho llegar a la conclusión de que el saber es importante para que no nos manipulen ni nos coaccionen en nuestra libertad de pensamiento e ideas. No obstante, ese saber debe de ser útil, eficaz y quedarse por siempre almacenado en las habitaciones que nos conforman como seres. 

¡¡Es cierto que todas las asignaturas son interesantes!! Pero en la medida en la que no motivamos a los individuos para que las vean de este modo, ¿cómo podremos demandarles que a final de curso hayan resultado victoriosos, cuando en realidad el sistema les colapsa con su falta de creatividad y de dinamismo?
Es triste pensar, amig@s, que a veces consideremos que estamos en la cima del desarrollo tecnológico e intelectual y que, sin embargo, cada vez haya más jóvenes y adultos que consideran que la educación, el saber y el conocimiento en todas sus facetas, es algo secundario en la vida...
Y es que si todos nos desarrolláramos y asimiláramos los conocimientos de una forma crítica, segura, decidida, motivada y creativa, tal vez seríamos capaces de escuchar al otro, de ser empáticos y de respetar a los seres con sus propias ideas y pensamientos.

No obstante, existen profesores que aún te hacen soñar y aprender... 

Y mientras yo me intente forjar como futuro profesor, intentaré que la educación sea algo más que apuntes viejos y frustraciones escondidas detrás de tazas de café...

"Quien se atreve a enseñar, no debe dejar de aprender".

3 comentarios:

  1. Un amigo siempre me dice que al mundo no le interesa crear sujetos capaces de razonar, criticar y analizar lo que observa a su alrededor. Realmente, lo que se valora en los exámenes de ahora sólo es nuestra memoria.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego, que el sistema educativo necesita un cambio. Y ello necesita una alta implicación por parte de estudiantes, profesores, y de otros miembros del colectivo. Se necesita un debate que no se quede en el olvido, un debate que permita abrir la puerta del cambio (a mejor... faltaría más).

    Un abrazo Imanol, y ya sabes, lo importante es mantenerse firme ante las personas que nos quieren doblegar.

    ResponderEliminar
  3. Que buen post amigo, me ha encantado. Y es que el mundo de hoy ha cambiado tanto, la educación debería haber cambiado también pero se ha quedado obsoleta, el conocimiento técnico es tan diverso, abundante y cambiante, que no tiene el menor sentido memorizarlo, hoy es necesario tener la madurez intelectual para saber donde buscar conocimiento y como aplicarlo en la vida real.

    Se está perdiendo la capacidad de razonamiento y creatividad, se está atrofiando la imaginación... un futuro así resulta demasiado aterrador.

    Saludos amigo mio.

    ResponderEliminar