sábado, 26 de marzo de 2011

Me cuesta respirar.

A veces me gustaría pensar que nadie me ve y nadie me siente.Que estoy solo en medio de esta oscuridad que me tiñe por dentro y que no me deja respirar.
Caminando, hablando con personas que no me identifican, escuchando el murmullo hueco de palabras vacías, me siento en la soledad para contemplar el tiempo y no la vida.

Espero impaciente las llamadas de mi aliento dentro de mí...aquellas que a veces nos hacen tomar decisiones impulsivas, locas, arriesgadas, temerosas de salir, de pujar y de brotar por nuestros ojos en forma de agua...
¿No habéis sentido alguna vez que os sentís perdidos y abandonados en vuestra propia vida y existencia?

Sea lo que sea el porqué de la soledad que de repente nos invade, siempre he pensado que hay tiempo para volar, para respirar hondo y para seguir con  nuestras metas, en nuestros sueños y objetivos que a veces parece que se esfuman en momentos de debilidad.
Sea lo que sea, el decir la verdad y eliminar la mentira de nuestro corazón es lo que nos hace oler cada soplo de aire que llega a nuestros sentidos y lo que nos hace escapar del intento de la perfección para buscar únicamente la elegancia de la sencillez.

¿No habéis sentido alguna vez que el mundo va cada vez peor y que no sabéis cómo salir de vuestra monotonía y de vuestra desidia porque alguien os dejó caer?
Sea lo que sea, siempre hay tiempo para levantarnos y gritar al viento que somos libres, aunque a veces nos sintamos perdidos y desalentados.Porque la energía, el coraje y el valor nos llevarán a sitios lejanos y llenos de vida, gratitud y esperanza.

Sea lo que sea, nunca podemos olvidar de dónde somos, de quién venimos y hacia dónde nos dirigimos.

Sea lo que sea, no nos podemos dejar dormir en nuestras penas porque ¿de qué sirve acumular en nuestra caja los recuerdos que duelen y que nos hacen sentir muertos en vida?.
Sea lo que sea, debemos de luchar por el amor que perdimos y queremos que vuelva. Debemos de coger impulso y no dejarnos amedrantar por todo esto que nos rodea y que nos hace sentir, como seres, indefensos... 

Sea lo que sea, tenemos que saber reír en el momento de la desidia y el dolor.
Sea lo que sea, a veces, la tristeza nos hace profundizar con nosotros mismos... y bailar al compás de nuestros propios sentimientos.

Sea lo que sea, a veces, me cuesta respirar y necesito tantos abrazos con nombre... 

Sea lo que sea, yo también tengo que salir y ver la luz. :) 


2 comentarios:

  1. En esa soledad nos sentimos muchas veces y más los que estamos fuera de la inmensa mayoría que sigue una única dirección. Los diferentes no sé por qué estamos relativamente condenados a ir contracorriente lo que nos lleva a estar imbuidos de extraña soledad. Pero todo acaba pasando...

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