sábado, 2 de junio de 2012

Un poco más.


Desde siempre, cuando era niño y la música acunaba mis pensamientos, supe que hay canciones que marcan un comienzo o un final. Desde siempre supe que a veces dejamos equipajes revueltos de recuerdos y nos vamos desnudos de todo ropaje, de toda piel. Al final siempre descubrimos que somos quienes fuimos y seremos quienes hoy somos: personas que derivan en una existencia desconocida como un velero a la deriva.

Cambiamos con el tiempo. Cambia nuestro modo de ver las cosas. Nos hacemos más fuertes y las heridas se vuelven cicatrices profundas que con el paso del tiempo van sanando para conformar nuestro ser.  Nuestra sensibilidad se torna fortaleza cuando nos damos cuenta de que debemos ser lo suficientemente valientes para soportar la hipocresía, la injusticia y las mentiras de las que muchas veces comos partícipes.
 
Con el tiempo uno aprende que el amor nace desde el sentimiento profundo de la Fe en el otro ser que acompaña nuestro camino. Porque la fe construye la confianza, el respeto, la fidelidad, la lealtad y las palabras verdaderas entre almas que extienden sus alas para volar en el mismo cielo. Con el tiempo uno aprende que las cosas no son para siempre, que lo material al final no nos hace felices porque lo que de verdad importa es sentir un acompañante que tome nuestra mano para recorrer esta balanza de contrapesos que tanto pesan. 
Con el transcurso de los sueños, uno se da cuenta de que no puede prejuzgar ni juzgar los sentimientos de las demás personas porque todos llevamos a nuestras espaldas experiencias distintas que consiguen que tengamos valores propios que nos hacen únicos e inconfundibles. 
Al final uno aprende...

A marcharse de determinados lugares y a hacer de otros su hogar...

A despedirse de las personas de forma inesperada y a dar la bienvenida a nuevas caras que sonríen al mundo.

Al final uno aprende...

A que las mejores cosas suceden en la luz de unos ojos sinceros, de un abrazo sentido. 

Al final uno aprende...

Que pueden cambiar muchos entornos y muchos lugares...

Pero finalmente uno comprende... 
Que lo que no cambia es el amor eterno que sentimos hacia aquellas personas que nos dan lecciones de coraje, de fortaleza, de fe y de VIDA. 


PARA TI, MAMÁ. 

                                       

3 comentarios:

  1. Orgullosa estará tu madre de estas sabias palabras que le dedicas.

    Un abrazo.
    Mercedes.

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  2. Realmente muy bello!!
    Imagino a tu madre leyendo esto... la vas a hacer llorar! Pero de la forma mas hermosa :)

    Besos!!
    Fabi

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  3. Querido Imanol: Ahora comprendo a tu madre, cuando hablaba sobre tí. !Ella tiene que sentirse orgullosa de tener un hijo que le dedica pabras tan llenas de vida y hermosura!. Deberías publicar esto y procurar compartirlo con la gente, para que tus palabras sirvan a tantos hijos y homenajear a sus madres. Seré uno de tus incondicionales y prometo relacionarme contigo. Un abrazo.Antonio González Padilla

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