- Abuela, ¿tú sabes lo que es el silencio?
- Claro que sé lo que es el silencio, hijo.
- ¿Qué es, abuela?
- Es la ausencia de ruido...
- Pero ¿has sentido el silencio, abuela?
- ¿Yo? Muchísimas veces. Mira, vamos - y la abuela coge a su nieto de la mano y le lleva a su habitación para tumbarse en la cama y buscar la inmensidad del Señor Silencio - Ahora quiero que te mantengas un ratito sin hablar y cierres los ojos ¿si?
- ¡Vale abuela! - El niño cierra los ojos y se concentra en oír el silencio...
(....)
- ¡Abuela! el silencio no existe...
- ¿No? ¡¡Hemos estado un minuto en silencio!! No se escuchaba ni una mosca...
- Sí que se escuchaba, abuela. Yo escucho mi respiración... ¡Eso es ruido!
- Bueno... tienes razón. ¡Pero eso es una magnífica señal porque significa que estás vivo! El silencio también suena... pero de una forma distinta. El silencio esconde muchos significados: la partida de alguien, saber que uno no puede escuchar más su risa, ni oír su llanto...
- En ese entonces, abuela... prefiero escuchar un poquito de ruido...
La abuela le sonríe y le toma de la mano.
- No temas. El silencio a veces también tiene significados preciosos si los sabes entender... No siempre significan una ausencia. También el silencio es amor. Escuchar a la otra persona mirándola simplemente a los ojos y decir todo con una mirada...
- ¡Qué lista eres, abuela!
Ambos se quedan un ratito mirando el techo como si fueran a encontrar estrellas en él...
- Abuela...
- Dime, hijo.
- ¿Puedo quedarme en silencio escuchando los latidos de tu corazón?
Y así permanecieron el día. Él escuchando sus latidos y ella respirando aún más fuerte para que su nieto pudiera sentir que siempre iba a estar ahí...
A ti que aunque no estés, estás...
Es muy bueno este profundo, enternecedor y "silencioso" diálogo entre la abuela y el nieto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes.