jueves, 1 de diciembre de 2011

Anochecer.

En esta tarde fría de invierno roto
en la suave desmedida de tu olor me absorbo.
Me quedo airado trémulo de sonrisas
mirando tus ojos,
que son negro abismo, que son mi antojo.
En esta tarde de encanto desmedido
miro el amanecer a través de tus labios
que esconde el río que surca
todas estas nostalgias frías, trémulas, dormidas.
Me enciendes con tu cuerpo
que baila al compás de este lamento...
Lamento de nieve que se derrite en tu piel
pensando en los candores de todo el ser,
Lamento que esquivo de miradas cruzando el recuerdo
para expresarte cuánto siento...
Lamento maldito que se apodera de mí
por estos segundos que paso sin ti
y que me hace creer que los sueños se van
y que si tú no estás la pasión dormirá...
Suave murmullo de tu voz de ayer
que se cuela por mis poros quedándose en mi piel.
Suave melodía que cruza por tu voz
y que me hace sentir que soy yo
quien mira tus ojos con santa devoción.
Tus ojos que dibujan primaveras,
otoños a raudales de infinita esencia.
Tus ojos que expresan la vida
y le dan infinita melancolía.
Tus ojos de agua, de fuego, de miel
que me hacen sentir que hoy soy yo
quien sigue tus pasos en este anochecer.
Anochecer en el que sueño que tú, eres mi ser.

2 comentarios:

  1. Nostalgia que vive en el sueño de la pasión.

    Un abrazo.
    Mercedes.

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  2. Hola Imanol... haz dibujado con tus palabras un hermoso anochecer, donde se refleja en la luna, la tibieza de un bello recuerdo.

    Abrazos alados!

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