lunes, 13 de junio de 2011


Quédate en mi alma
al amanecer herido
a estas horas de nada
y de labios el castigo.
Báñate en el silencio
de esta nuestra casa
que fría y solitaria
reclama tu piel a gritos.
Rodéate de mis claveles
marchitos y desiertos,
solitarios y muertos
en el resucitar de este nuestro castigo.
Escúchate ladeado
a este lado de la cama
cuando el corazón palpita
de inocencia maldita
de pesadez nostálgica,
que desnuda, como tú y yo
muere entre nuestros gritos.
Háblale a mi oído
para que se quede sordo
de sonido asqueado
cuando el secreto muera
en las tumbas de los presos.
Mójate de mí y de ti
y quédate callado pronunciando nombres,
esos que deshojaron
las ramas de tu cuerpo.
Mírate y mírame y dime
si este es el final de nuestro viaje,
cansado y sin boleto.




5 comentarios:

  1. Muy bello el poema, envuelto en sensibilidad, me ha gustado mucho.

    Saludos.

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  2. Hermoso Imanol, ¿porque será que los más hermosos poemas, son nostálgicos, de desamor, de ausencias...? Se agarran al alma, y como dice mi amiga María, envuelto en esa sensibilidad con la que tú eres tan capaz de llegar.

    Besos cielo.

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  3. Hola Imanol, me gusta la fuerza de tus letras y laforma de tratar la tristeza, la nostalgia y el desamor, me ha encantado.
    un abrazo

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  4. Tu poema es un susurro que grita presente ausencia.

    Un beso

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