miércoles, 16 de marzo de 2011

A TI.



¿Habéis sentido alguna vez que la realidad nos reta constantemente para intentar entender  complejas sensaciones como el amor, la ira, la alegría, la furia o la felicidad?

¿Habéis sentido alguna vez que os contradecís y que lo que hacéis no se corresponde con lo que sentís?

¿Habéis sentido alguna vez el murmullo de la mentira, de la piedad o de la misericordia?

¿Habéis caído alguna vez tan tarde en el abismo que no sabíais cómo salir?

Yo lo he sentido muchas veces. En muchas ocasiones. Y por eso, por estos motivos que me tientan diariamente, hoy reto al pasado, al presente y al futuro. Porque lo que sentí ayer nunca será igual que lo que siento hoy y lo que podré sentir mañana. Nunca las sensaciones son iguales ni las vivencias las mismas. 

Todos nos queremos aferrar a esas historias tan bellas que sin embargo tuvieron un final porque en el pasado las disfrutamos tanto que en el presente no sabemos vivir sin depender de ellas.
Todos queremos anclarnos en el sabor de besos añejos, de caricias que en su momento nos hicieron estremecer. Todos queremos que el mismo faro del mismo puerto nos alumbre la esperanza que perdimos en el mar del naufragio tan herido de hielo y de soledad...
Todos queremos huir y despedirnos de aquello que nos hizo daño en el pasado y que hoy ya no sirve de nada.

Todos queremos escapar de la manipulación y mantenernos firmes en nuestros ideales y conseguir así vivir libres de toda opresión.

Todos queremos en algún momento que nos traten como seres iguales y dignos de amor y de respeto.

Todos... todos necesitamos vivir en paz y armonía con nuestro ser.

Yo en muchas ocasiones he intentado huir, gritar, callar, amar, no llorar, susurrar, hablar, querer, no querer y quererte para encontrar mi justo equilibro.

He intentado todo este tiempo despedirme de ti para vivir libre de mi dolor y, cuando lo conseguía y tú no estabas lo suficientemente preparado para decirme adiós y me pedías una vuelta, yo, volvía (incrédulo)

En cambio tú te has ido cuando has querido:

 Cuando has creído oportuno abandonarme o rehacer tu vida. 
Cuando has querido que te haga el té siempre te lo he hecho porque era la única forma de que interiorizaras en mí y yo en ti. Cuando has llorado he intentado estar y cuando tomaste vuelo rumbo a algún sitio, también.

Pero hoy he decidido despojarte de mí. Porque estoy cansado de que vengas, de que vayas, de que vuelvas a tu antojo sin más razón que tu instinto.


Hoy, me olvidaré de tu manía de irte cuando el dolor emerge. Hoy me olvidaré de ti y me concentraré en mí. Por fin.


Porque hoy me despido yo. Porque el domicilio de la orientación a lo que siento se ha cerrado para ti.


Porque mis palabras se han agotado de ver que tus hechos sólo me demuestran vacío.


Hoy que sé que me lees, he salido de la calle a respirar el sol y guardarlo para siempre en mi piel para que sea él y no tu cuerpo, el que me caliente en esta noche fría de marzo...

Hoy que sé que me lees he puesto punto y final a las las letras que llevan tu nombre.


¡¡A ti... te digo adiós!!

MI CANCIÓN DE DESPEDIDA.


"este adiós no maquilla un hasta luego
este nunca no esconde un ojalá
estas cenizas no juegan con fuego
este ciego no mira para atrás
este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después
a este ruido tan huérfano de padre 
no voy a permitir que taladre un corazón podrido de latir
este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos ya no lloran más por ti"
J. Sabina


_____________________________________________________-


Esta sala de espera sin esperanza,
estas pilas de un timbre que se secó,
esta mala ventura, esta contradanza,
este tráiler de mudanzas,
con los muebles del amor.
Esta campana herida en el campanario,
esta mitad partida por la mitad,
estos besos de Judas, este calvario,
este look de presidiario,
esta cura de humildad.
Este cambio de acera de tus caderas,
este payaso que ya no hace reír,
este arrabal sin grillos en primavera,
ni espaldas con cremallera,
ni anillos de presumir.
Este dulce de leche contaminado,
este perro andaluz sin domesticar,
este orgullo de principe destronado,
esta esquina del pecado,
esta ruina de Don Juan.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos
nos sobran los motivos.
Esta necesidad de necesitarte,
este llamarte sin quererte llamar,
este olvidarme del deber de olvidarte,
este lunes, este martes
y el miércoles que vendrá.
Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de Barba Azul,
que poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas
entre Córdoba y Maipú.
Esta guitarra húerfana y delirante,
con su terco knock knockin' on heaven's door,
estos dedos que dejan caer un guante,
delicado y transhumante,
a los pies de un trovador.
Este Land Rover aparcado en tu puerta,
la rueca de Penélope en el Luna Park,
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta
sin la gramola del mar.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "con Dios" a los dos
nos sobran los motivos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario