viernes, 3 de diciembre de 2010

Prostitución.

¿No os parece curioso que tengamos tanto miedo al sexo...?



Históricamente hemos vivido en un contexto social en el que mantener relaciones sexuales con otras personas de distinto o igual sexo era algo aberrante, vergonzoso e incluso vejatorio, sobre todo, para las mujeres que vivían en constante represión de sus propias pasiones.


Y es que una de los detonantes que ha producido nuestro miedo a vivir libremente la sexualidad, ha sido la religión que con sus cantos hacia la bondad y humanidad, ha esclavizado y oprimido el cuerpo humano y la verdadera esencia de poder sentir de una forma natural, lo que a uno le plazca en el momento en el que lo necesite.


Esa religión que se mostraba detractora-aún hoy- de que en algunas Órdenes las personas que conformaban el oficio tuvieran sexo con otras personas, considerando pecado mortal la fornicación, son los que ya en la Edad Media violaron a menores sometiéndolos a sus caprichos sexuales.

Y así se fue creando una tendencia cada vez mayor a infravalorar lo natural y bonito del sexo más allá de esas patrañas que hoy nos cuenta la Iglesia Católica en la que tanto se predica sobre la procreación y el sustento de la prole.

Es curioso cómo en muchos países la gente muere de sida y que aún hoy, se escuchen a profesores vinculados al saber religioso decir cosas como: "lo de los condones es una tontería. ¿Cuántas veces no han fallado y después se contrae la enfermedad?"



Hoy por hoy, aún sigue existiendo la tendencia -y perdonadme la expresión-de considerar a las chicas que tienen una vida sexual intensa, como "putas", "zorras", "cerdas", y demás calificaciones que se le atribuyen a chicas que, con todo su derecho, disfrutan de una forma abierta del sexo (algo en lo que estoy completamente de acuerdo siempre y cuando el acto se haga de una forma segura y respetando la propia integridad física y moral).


Asimismo, durante siglos, hemos sido testigos del desprecio hacia homosexuales, lesbianas, transexuales, bisexuales, a los cuales les han sido atribuidas las palabras de "maricones", "desviados", "sidosos", "anormales", "bolleras", "marimachos", y demás insultos; siendo, en algunos momentos de la historia asesinados y fusilados por Guerras y dictaduras por los propios militares que desenfundaban "sus armas" en busca del desahogo (léase la perversión sexual de la palabra "armas")

Millones y millones de personas coaccionadas a vivir en un mundo de hipocresía en el que la muerte se encuentra a todas horas y el sexo se ve como algo escandaloso; de mujeres que en la I y II Guerra Mundial no tenían derecho a sufragio, ni a ser independientes como seres iguales, pero que sí servían para apoyar la guerra, para trabajar creando armas, quedándose muchas de ellas ciegas por la dinamita y padeciendo infinidad de problemas respiratorios;
de mujeres violadas en las calles, en sus casas, en esas épocas de Cruzadas en nombre de Dios; ese Dios del que todos tenemos conocimiento, pero en nombre del cual se han producido numerosas barbaries a lo largo de la Humanidad. Ese Dios que, si existe, seguro no es como nosotros, simples seres, lo creamos: ESO ES LO QUE HEMOS CONSEGUIDO.

Y hoy, en medio siglo XXI, en un momento en el que la desidia asola económica y culturalmente los cimientos de la sociedad europea, tenemos el juicio de que actividades como la prostitución son cosas escandalosas que debemos de erradicar de la sociedad por todos los medios cuando en realidad fuimos nosotros los que contribuimos a su formación... ¿o acaso las prostitutas se mantienen del aire que mueve sus faldas al compás de las caderas?


Hombres casados, que buscan refugio en los brazos de alguna señorita, o de algún transexual que para poder subsistir venden su cuerpo. Esos hombres y mujeres que de forma tan apasionada consideran que la prostitución es un escándalo, son los primeros que pagan a mujeres para que les ceda su servicio.



Proxenetas, trata de blancas y toda una serie de comercio del cuerpo totalmente atroz, está invadiendo a todas las sociedades que han reprimido de una forma tan voraz el sexo. Y tal vez, al final, es cierto eso de que todo se paga, todo se sufre y todo se cobra con sangre.

Tal vez, si hubiéramos "legalizado" desde un primer momento la libertad sexual, hoy por hoy todo sería totalmente diferente, más normal, más natural.


Sin embargo, no ha sido así... y hoy nos encontramos con un panorama muy curioso lleno de prostitutas que la sociedad rechaza, pero que a su vez los periódicos sacan en sus páginas últimas: esas que todos pasamos con prisa por si alguien nos ve mirándolas un ratito. Hoy el Estado se cubre las espaldas pero a su vez se beneficia, seguramente, del dinero que deja esta red tan rica para los llamados "chulos", que maltratan a mujeres que sin más remedio, se ven obligadas a ejercer de una forma denigrante la prostitución.


Y es que verdaderamente, el Ser humano jamás podrá decir: "de esta agua no beberé".
¿Por qué nos escandaliza la prostitución cuando, en realidad, hemos contribuido de una forma atroz a su formación?
¿Por qué es una práctica delictiva en algunas circunstancias y no se legaliza uno de los negocios que más beneficios reportan a fin de evitar que las mujeres vivan esclavizadas al mandamiento de órdenes de terceros?
¿Por qué, primero en la escuelas, no enseñamos lo esencial de la sexualidad segura y del respeto hacia el cuerpo del sexo opuesto o del mismo sexo?
¿Por qué nos escandalizamos de que la prostituta cobre 10 míseros euros por una felación y no nos asustamos por ver la sociedad que estamos creando donde la hipocresía impera por el intento de conservar la estúpida convención del "honor?"
¿Por qué, en vez de discutir tanto el medio en el que estas mujeres viven su vida no nos preocupamos en cambiar la sitacuón de muchas prostitutas que, contratadas por nuestros familiares viven en situaciones muchas veces pésima?
¿Por qué nos refugiamos en esta calumnia que hace que las palabras no concuerden con los hechos?
¿Por qué no enseñamos a respetar sexual y moralmente al otro sexo y nos dejamos de HIPOCRESÍAS?

El cambio comienza por ti mismo.
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PARA AQUELLAS MUJERES QUE SUFREN EN SILENCIO, MUCHAS VECES, EL ABUSO DE INSENTATOS QUE DESPRECIAN LA VIDA.
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Lógicamente soy consciente de que todo debe de ser analizado desde su propio contexto histórico. Pero hay cosas que la Historia no ha sabido escribir en sus páginas y somos nosotros los encargados de tachar, con un gran trazo, los grandes destrosos (y también triunfos) de la Humanidad.


Tal vez así las mujeres podrían vivir en condiciones de mayor seguridad y libertad en un mundo en el que, hasta el cuerpo, se ha mercantilizado por un mundo capitalista en el que lo que prima es el dinero incluso por el valor de algo tan natural como es ejercer la libre sexualidad.

1 comentario:

  1. Hola Imanol, te dejo m "blog" www.fotolog.com/edipo_huerfano88

    ¿haces las paces?

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